Pues feliz 2012 a todos. Si, es un poco divertido decirlo empezando el tercer mes del año, sin embargo más vale tarde que nunca. Me he prometido a mi mismo actualizar esto con muchas entradas semanales (en caso de que alguien aún lo lea) y bueno, ya entrados en gastos creo que me gustaría publicar algo de mi fotografía.
Primero que nada, he de confesar que amo de sobremanera a la fotografía documental, y sin embargo mi ojo al parecer siempre ha enfocado sus esfuerzos a una rama más publicitaria. ¿Qué sucede cuando ese medio publicitario, de alguna forma se entrelaza con esa naturaleza salvaje llamada documentación?, ya que, en el sentido más estricto de la palabra, TODA fotografía documenta algo. Pero, ¿qué queremos documentar?. ¿La realidad?, ¿cuál?, ¿la mía o tu percepción de la misma?. Respuestas que sin lugar a dudas nos ponen a pensar, ¿cuál es el fin en el trabajo de un humilde pintor de luz?.
He de presentar ahora una serie de fotografías que tomé con un gran amigo y camarada llamado Rafa:
Rafa ama la música. Sería pretencioso de mi parte escribir su biografía y narrarla en una sesión de fotos. No soy pretencioso, pero 5 fotos me gustaron así que a continuación las presento, no sin antes pedir de favor sus comentarios.
Saludos.:)
Mayela Fernández dijo:
Mirando al futuro con los ojos en el sonido de la música, dejando atrás el ruido de la historia, mirando más allá de las notas y el viento susurrando en las cuerdas, el joven se detiene un instante en el silencio en que la luz es capturada y se vuelve infinita, perenne como su espíritu. Su mirada azul se pierde en el horizonte que no tiene otro color que el de su propia vida.
Mayela Fernández dijo:
La música en un mundo enajenado por las rutinas funcionales y prácticas es una extranjera muda que navega contra corriente. El joven músico que va tras la belleza tiene que quedarse solo en la ciudad que se traga en el ruido la sensibilidad del hombre, su capacidad de asombro, su conciencia de existir. La música no detiene el tráfico ni detiene el rumbo de los peatones, se conserva intacta e incolora, como un fantasma entre los autos y edificios, ahogada por la prisa y el olvido del ser humano.